martes, 17 de abril de 2012

Critica: "The Grey"

Sabido es que con los años el cine se desprendió de aquellos héroes invencibles los cuales gracias a la capacidad de recibir reiterados balazos, torturas, ingesta de vidrios, etc., dieron lugar no solo a secuelas, sino también a un determinado parámetro de líder de acción.
Características a saber: Pelados, en musculosa, efímeros momentos de sensiblería y con problemas maritales.
Independientemente de lo mucho que recaudaron franquicias  como “Die Hard” o “The Tranporter”(Cada una en su década correspondiente),podría decirse que Hollywood hoy en día toma estas películas como algo vintage y exagerado a conciencia,dándonos muestra de ello en “The Expendables”.
Quizás estos acontecimientos le hayan abierto la puerta a alguien como Liam Neeson, un irlandés de casi 60 años cuya carrera lo ha posicionado en el Harry el Sucio de Eastwood, pasando por Oscar Schindler, un Jedi, y ese ex agente del gobierno al cual le secuestran la hija, para mostrarnos que un héroe puede ser extremadamente sensible, suicida, y tenerle amor a la familia.
Estos sentimientos se desprenden del argumento de “The Grey”. Neeson encarna a un  cazador de lobos al acecho en una refinería, en la cual los trabajadores son sometidos a cierta marginalidad(Que absolutamente TODOS los apellidos de los personajes secundarios sean latinos, ya es un indicio. De mal gusto, pero indicio al fin),al punto de viajar en un avión en pésimas condiciones el cual se estrella en las montañas de Alaska, dejando a un grupo de sobrevivientes inmersos en la peor de las condiciones climáticas, expuestos al hambre y a temperaturas irrisorias bajo cero.
Como es de esperarse, en estas situaciones extremas sin alimento, aislados absolutamente, y  sin chances de comunicarse con el exterior, suelen desnudarse las miserias humanas.
Y que precisamente el líder de este grupo sea un ser con deseos de suicidarse a raíz de un distanciamiento (Recién aclarada sobre el final)con su mujer, habla de la puesta a prueba que la película somete a la fé. Por cierto, J. J. Abrahms, te suena el Movicom!.
Claro que hasta el momento esta película en cierta medida sería “Viven”(hay una clarísima referencia en el desarrollo),hasta que nuestro grupo se da cuenta que está en el medio de un territorio dominado por lobos un tanto sádicos.
Con el correr del film vemos como uno tras otro de nuestra especie es devorado cruelmente por esta manada de seres bastante tenebrosos, demostrándonos exageradamente que no nos conviene invadir el territorio que no nos corresponde.
Cuestionamientos religiosos, humor negro por momentos, llanto y risa en situaciones inverosímiles, recuerdan más a la excelente “127 Hours”de Danny Boyle que al fiasco aquel del año 1997 llamado “The Edge”, protagonizada por Anthony Hopkins y Alec Baldwin, que tiene un argumento bastante similar, pero que carece de emoción.
Quizás el fuerte de la acción corra por las secuencias extremas, ayudadas por la naturaleza geográfica que nos propone Joe Carnahan(bajo la producción de Thomas y Ridley Scott, detalle no menor),todo un experto en la materia gracias a la versión fílmica de “A -Team”, y la añeja e interesante “Narc”.
Lo terrenal de Neeson en este film es sin duda lo más interesante de esta película. Una persona que perdió casi todo lo que deseaba en la vida, busca explicaciones de cómo encontrar la fé en donde no la hay, cuando en verdad con su actuar está demostrando hasta el final que esas respuestas las encuentra en sus actos.
Y como si fuera poco, al finalizar los créditos finales tenemos una herramienta con la cual podemos dar cuenta del concepto de la película, y tomarlo tanto como algo metafórico(situaciones que representan el temor),o como un entretenimiento(ñatos que son manjados por lobos).
 Reivindicación absoluta para estos salvajes pero tiernos animalitos, en épocas en las cuales fueron representados en la pantalla chica por gente como Gonzalo Heredia.

X Cristian Baral.

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